30 Años de Los Goonies

Tal y cómo os dije el pasado martes con motivo del 30 Aniversario de Los Goonies les he pedido a unos pocos amigos que escribieran un post sobre esta película que a todos nos maravilla. 

Hoy como segundo invitado en Los Muelles de Goon. os traigo a Gaspar Torrens, el cinéfilo que podéis encontrar tras Redrumcine, un especialista en el arte del cine y un verdadero amante del séptimo arte.

“El rufián que intentare descifrar el contenido de este mapa, pagará su osadía con la más terrible de las muertes.”

Es difícil escribir un artículo sobre Los Goonies 30 años después intentando ser original ¿queda algo por decir? ¿queda algo por contar que no se haya dicho ya? La ficha técnica es más que conocida,  ¿lo de las escenas eliminadas? Ese famoso pulpo que había sido lo peor y ninguno sabíamos a qué se refería ¿Qué se ha hecho de los protagonistas hoy en día? Sean Astin corrió otra gran aventura en El Señor de los Anillos para destruir el anillo único, Josh Brolin después de muchos años desaparecido vuelve a estar en grandes películas,… también hay muchos artículos al respecto.


“Ojalá que cuando tiren nuestra casa se les caiga encima... ¡Y que les pille las pelotas!”

Entonces ¿sobre qué escribir? pues quizás sobre lo que representó para mí Los Goonies. Los Goonies creo que tiene todo lo que un niño con corazón aventurero puede desear: Un grupo de amigos variopinto, divertido y peculiar, un trastero con un mapa del tesoro, una escapada de casa sin el consentimiento del adulto responsable a tu cargo, un viejo restaurante ocupado por una familia de delincuentes,  una búsqueda  del tesoro a la vez que una escapatoria a través de túneles, trampas (tuampas), toboganes, dayos cegadodes, lugares tétricos pero de lo más maravilloso donde cada uno de los miembros del grupo tiene su momento de gloria para lucirse, un barco Pirata, un tesoro, un monstruo que termina siendo amigo y aliado, amor adolescente, y un final en el que los buenos terminan ganando. ¿se puede pedir más? Pues sí, todo ello acompañado de una excelente banda sonora que nada más escuchar los primeros acordes nos devuelve a la niñez y nos entran las ganas de vivir de nuevo esas inocentes aventuras con las que solo los más jóvenes de la casa aun creen posibles.


“-Si no traes a tu hermano de vuelta, ¡me haré el Hare Krishna!
- Es Hara Kiri, mamá.”

Los Goonies no envejece, sigue poseyendo su encanto y ese espíritu alocado y travieso que todos los niños desean o deberían desear y se sigue manteniendo como una deliciosa aventura juvenil  de la que los más pequeños de la casa pueden disfrutar por primera vez y los más mayores podemos gozarla una y otra vez rememorando aquellos maravillosos 80.

Como curiosidad diré que he sido monitor y director de tiempo libre durante muchos años y cuando queríamos poner una película en algún campamento para los niños de 9-10 años, si poníamos alguna novedad siempre había varios que la habían visto y que se aburrían o no la querían ver, así que en numerosas ocasiones decidimos ponerles Los Goonies y todos quedaban encantados con ella ya que ni la conocían, ni la habían visto y se sorprendían en cada vuelta de la búsqueda del tesoro y vibraban con los protagonistas.


“¿Chocolate? Quiero, quiero
chocolate, chocolatina, quiero, quiero...”

Así pues, todos los que disfrutamos en nuestra niñez con esta genial película debemos estar de fiesta y de celebración ya que en nuestro corazón todos fuimos un Goonie más, y cuando uno es un Goonie lo es para toda la vida, ¡Goonie forever!

¡Por treinta años más!

"Ohhh no tio... ¡¡¡esa es la parte que más le gusta a mi madre!!!!"


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