Los Goonies: únete a la aventura.
Con motivo del 30 Aniversario de Los Goonies me he tomado la licencia de pedir a unos pocos amigos que escribieran un post sobre esta película que a todos nos tiene fascinados. Homenajes, recuerdos, sentimientos ... rondaran estos días por Los Muelles de Goon.
Hoy os traigo el primero realizado por un gran amigo, Charlie Calvo, un maestro del cine y un nostálgico de pro que adora el cine de los ochenta con un entusiasmo admirable.
Hoy os traigo el primero realizado por un gran amigo, Charlie Calvo, un maestro del cine y un nostálgico de pro que adora el cine de los ochenta con un entusiasmo admirable.
No recuerdo exactamente cuando nació mi amor por el cine pero supongo que debió ser justo cuando empecé a desear que llegase el fin de semana no para poder pasarme el día jugando en la calle sino para poder ir al cine el sábado por la tarde. Tuve la suerte de que mis años de juventud y adolescencia coincidieron con una época gloriosa, cinematográficamente hablando. Soy un 'hijo de los 80', por definirlo de alguna manera, y crecí viendo películas que marcaron a toda una generación.
Nunca tuve muy claro a lo que me dedicaría en un futuro (creo que aún no lo tengo claro) y a esas edades ya se sabe que uno es fácilmente influenciable. Por eso cada semana quería ser algo diferente. Después de ver 'Los Cazafantasmas' quise dedicarme a la parapsicología. Tras el subidón de adrenalina de 'Rocky IV' sopesé dedicarme al boxeo. Luego preferí irme a la selva a perseguir extraterrestres como en 'Depredador' para después querer ser como Axel Foley, el poli más divertido de todo Detroit de 'Superdetective en Hollywood'.
Llevaba semanas pasando enfrente de la marquesina del cine sólo para observar con atención ese maravilloso poster dibujado por Drew Struzan (aunque ese dato lo supe muchos años después). Veía a esa troupe de chicos colgados de una estalactita a punto de caer al vacío y leía una y otra vez sus frases publicitarias:
"Las cuevas secretas. El viejo faro. El mapa perdido. Las trampas traidoras. El tesoro oculto. Y Sloth... ¡Únete a la aventura!"
La cosa prometía.
Llegó el día del estreno y tras comprar la entrada me senté en la butaca junto a varios amigos a los que arrastré conmigo al cine prometiéndoles que la película iba a ser un bombazo. Y vaya si lo fue. La emoción que sentí viendo las aventuras de Mikey y compañía no la he vuelto a sentir con ninguna otra película. Salí del cine flotando, en una nube, sin saber si prefería ser como Data, como Mikey o como Bocazas. Deseaba encontrar a los hermanos Fratelli en cualquier esquina para que empezasen a perseguirme si con eso conseguía vivir alguna aventura tan espectacular. Entonces no lo sabía pero acababa de descubrir una obra maestra, una película de culto.
Muchos meses después conseguí que mis padres alquilasen la película en el videoclub del barrio y creo que el fin de semana que corrió la película por casa debí verla 7 u 8 veces. En uno de esos visionados, cogí mi viejo cassette y lo acerqué a la tv para grabar el audio de la película (yo no lo sabía pero ese fue mi primer contacto con la piratería...). Por las noches, cuando me metía en la cama, colocaba la cinta en mi walkman y revivía mentalmente la película mientras oía las voces de todos los protagonistas recitando sus frases.
Muchos meses después conseguí que mis padres alquilasen la película en el videoclub del barrio y creo que el fin de semana que corrió la película por casa debí verla 7 u 8 veces. En uno de esos visionados, cogí mi viejo cassette y lo acerqué a la tv para grabar el audio de la película (yo no lo sabía pero ese fue mi primer contacto con la piratería...). Por las noches, cuando me metía en la cama, colocaba la cinta en mi walkman y revivía mentalmente la película mientras oía las voces de todos los protagonistas recitando sus frases.
En ocasiones, uno tiende a mitificar sus recuerdos de infancia. Recuerdas cómo te emocionaste con aquella película que viste con 12 o 13 años y cuando la ves de mayor descubres un bodrio absoluto, y aunque siga teniendo un lugar especial en tu memoria por recordarte una época muy feliz de tu vida tal vez la percepción sobre ella cambia porque ahora la ves con ojos de adulto.
Por fortuna, con 'Los Goonies' eso no pasa. El recuerdo es imborrable. La percepción sigue intacta y tal vez sea porque cada vez que la veo vuelvo a convertirme en ese chaval de 11 años que disfrutó como un loco con las aventuras de Mikey y sus amigos en busca del tesoro de Willy El Tuerto.
Fan 100%
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